Transforma hallazgos en estrategias claras y accionables.
Reunión inicial con ejecutivos para alinear objetivos y alcance.
Talleres de mapeo de procesos con las áreas críticas.
Análisis cuantitativo de flujos, tiempos y capacidad actual.
Informe preliminar con hallazgos clave y recomendaciones de “quick wins”.
Visión estratégica: claridad sobre prioridades y alineación con objetivos de negocio.
Ejecución efectiva: plan pragmático que evita esfuerzos dispersos.
Transparencia: roles y tiempos definidos para reducir incertidumbre.
Control y seguimiento: métricas claras que guían la toma de decisiones.
Reunión con equipo directivo para revisar y priorizar las conclusiones del diagnóstico.
Elaboración del plan de acción: establecimiento de objetivos, fases, recursos y cronograma.
Workshop de lanzamiento donde se alinean expectativas, se ajusta el plan y se recogen compromisos.
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